Los nueve primeros meses de 2022 cierran con retornos negativos en renta variable global (con Europa cayendo un -23% y EE.UU. un -25%) y renta fija (el índice Bloomberg Global Aggregate Total Return corrige un -19,7%). La situación vivida es excepcional, es el peor año de la historia en carteras con mix 60% renta variable y 40% renta fija, marcando un año muy complicado para las inversiones. La deuda pública está experimentando una de las peores caídas de su historia, y no actúa de contrapeso en los retrocesos en renta variable (como históricamente ha hecho).
Es difícil recordar un entorno operativo tan difícil como el que estamos viviendo en la actualidad. El escenario es excepcional, por los factores que lo han desencadenado, y todavía está lleno de incertidumbres. Inflación, excesivo tensionamiento monetario, posible recesión, guerra de Ucrania, suministro energético, revisión a la baja de beneficios, y otros riesgos geopolíticos (Taiwán). Como consecuencia, estamos viendo niveles elevados de volatilidad, en un entorno de mercado de baja liquidez y sentimiento muy negativo.
El control de la inflación es la prioridad para los bancos centrales (aun a costa de sacrificar más crecimiento y empleo). Para corregirla, están endureciendo agresivamente la política monetaria (y de esta forma evitar la situación inflacionista que prevaleció en la década de 1970), ejercicio que está lleno de dificultades. El objetivo es lograr una política que establezca tipos ligeramente por encima de la tasa de interés neutral, pero no demasiado. Por un lado, mantener la política demasiado acomodaticia aumentaría las posibilidades de un escenario inflacionista.
Por otro lado, si la política se endurece demasiado, una recesión se volverá inevitable y los riesgos deflacionistas aumentarán. De momento, el mercado está descontando tipos más altos, y durante más tiempo de lo que se temía, que elevan el riesgo de entrar en recesión. En este escenario, es previsible que tanto crédito como bolsa sigan tensionados en el corto plazo.
La Renta Variable ha tenido una corrección considerable desde principios de año, a medida que aumentaban las yields de los bonos. La incertidumbre en torno a la trayectoria y el nivel de los tipos de interés durante los próximos meses es un factor clave, al afectar al múltiplo que el mercado paga por las compañías cotizadas. El mercado estadounidense ha sufrido una significativa contracción de múltiplos en los últimos dos años, desde PER 12m de 25x, hasta 16x, con una subida de la yield nominal del bono a 10 años desde el 0,5% al 3,8%. El principal riesgo en la actualidad es la posibilidad de que las yields sigan moviéndose al alza (una subida al 4,5%, implicaría un múltiplo más cercano a 15x).
En Europa, el múltiplo PER 12m se sitúa actualmente en 10,5x, por debajo de la media del múltiplo en recesión (12,5x), y ya está descontando un escenario recesivo de contracción de los beneficios. En las crisis bursátiles del 2018 y del 2020, las valoraciones actuales marcaron suelo de los mercados. Solo en la crisis soberana del 2011 (9x PER) y la crisis financiera del 2008 (8x PER), las bolsas europeas cotizaron a niveles inferiores de valoración en términos de PER y de EV/EBITDA. Son números que históricamente han dado lugar a elevados rendimientos, cuando ampliamos el horizonte temporal a más de 3 años.
En Renta Fija, tras la aceleración del movimiento de los bancos centrales hacia políticas monetarias restrictivas y el consiguiente aumento de las rentabilidades de la deuda pública en lo que va de año, creemos que el mercado presenta ya oportunidades de inversión a rentabilidades que son atractivas si se toman con una perspectiva de medio plazo, ya que la incertidumbre sobre el escenario de tipos sigue siendo elevada. Por el momento, con los bancos centrales dando prioridad al control de la inflación sobre el crecimiento económico, hasta que la inflación no dé síntomas claros de comenzar a desacelerarse vamos a seguir viendo volatilidad en este mercado.
Por Renta 4 Gestora
Tel: 91 398 48 05 Email: clientes@renta4.es